La tarde del 2 de noviembre de 1972, en plena dictadura militar de Hugo Banzer, apenas comenzaba. Los habitantes de la Isla de Coati (Luna) del lago Titicaca acababan de regresar del cementerio después de despedir a las almas de sus familiares muertos. En la mañana habían recibido en sus casas a los presos de la cárcel construida en su isla durante la Guerra del Chaco (1932-1935) por los prisiones paraguayos. Los reos rezaron por los difuntos de los coateños a cambio de leche y otros alimentos.